La expresión “HACERLO BIEN Y HACERLO SABER” ha quedado acuñada hasta nuestros días como el principal axioma para definir la profesión de Relaciones Públicas, y más adelante en el tiempo, se ha asumido también como uno de los principios de la Comunicación en las Organizaciones.
Muchos se lo adjudican a los padres de la profesión relacionística, en especial la confunden con la declaración de principios que Ivy Lee envió a todos los periódicos en la época de la huelga del carbón en 1906, y que se plantea marcó el inicio de la libre información. Otros la atribuyen al Dr. Edward Bernays, sin embargo, lo cierto es que fue utilizada por primera vez por Federico Revilla[1] en su libro de 1970: “Hacerlo bien y hacerlo saber. Las Relaciones Públicas de la Empresa y su formación de imagen”.
En la tan conocida frase está presente la idea de combinar el decir con el hacer, privilegiando el segundo, es decir, la concepción del “HACER”, refiriéndose al cumplimiento de los objetivos organizacionales con seriedad, ética y responsabilidad evidenciado en sus productos, servicios, decisiones, prácticas y actividades cotidianas, y que sea esto precisamente la base en la que se sustente o fundamente lo que se va a “DECIR”, haciendo referencia a lo que se comunica, transmitiendo (o más bien dialogando-conversando), eficiente y eficazmente, con los diferentes públicos o estratos, tanto internos como externos, con los que se relacionan las organizaciones.
El profesor Dr. Sam Black, otro de los precursores de las Relaciones Públicas en Europa, durante conversación sostenida con el también Dr. José Daniel Barquero Cabrero[2], ante la pregunta de este último con relación a su acuerdo o desacuerdo con la expresión ampliamente difundida en Iberoamérica de que las Relaciones Públicas consisten en hacerlo bien y darlo a conocer, contestó enfáticamente: “Sí, estoy de acuerdo en base al siguiente porcentaje: el 90% de las Relaciones Públicas consiste en hacerlo bien y conseguir que la empresa lo haga bien, y el 10% restante en darlo a conocer”[3] .
La reputación de una empresa no la genera la comunicación por muy eficaz que esta sea, sino su realidad corporativa, “HACER LAS COSAS BIEN”, nos recordaba el Mtro Carlos Bonilla en su intervención en la #JornadaComOrg1
Y valga aquí una acotación: ha de recordarse siempre la coherencia que debe existir entre lo dicho y lo hecho, entre lo actuado y lo verbalizado. Se comunica con lo que se dice y con lo que se hace, pero también con lo que no se dice o no se hace. Lo cierto es que demostrar coherencia entre todos estos flancos es la manera ideal de cumplir las expectativas del público y volverse digno de su credibilidad y confianza. La confianza se construye gracias a la credibilidad, y la credibilidad se basa en hechos concretos.
Por otra parte, también la confianza es la antesala de la comunicación efectiva como ya nos vaticinaba Lucien Matrat: “Las Relaciones Públicas son la estrategia de la confianza que da a la comunicación su autenticidad y, en consecuencia, su credibilidad”.
En momentos donde la confianza se considera un valor estratégico que tiene el potencial de proveer una fuerte y sostenible ventaja competitiva, que además juega un papel esencial en la generación de reputación, tan necesaria hoy más que nunca por la fuerte y sostenida crisis de confianza[4] en las organizaciones, valdría la pena que estas, independientemente de su sector, tamaño, estructura, propiedad, misión, o cualquier otra clasificación, atendieran y cumplieran con esta máxima de siempre de las Relaciones Públicas: “HACERLO BIEN Y HACERLO SABER”, pero privilegiando obviamente el buen hacer.
¿Estás de acuerdo conmigo?
[1] Federico Revilla es Doctor en Filosofía y Letras (Sección Historia del Arte) por la Universidad de Barcelona. Por 1970 prepara uno de los primeros tratados de Relaciones Públicas escrito en español (“Hacerlo bien y hacerlo saber”. Oikos Tau. Vilassar de Mar, Barcelona, 1970) mientras se desempeñaba como profesor de Relaciones Públicas en la Universidad de Barcelona al tiempo que dirigía una empresa precisamente para el ejercicio de las Relaciones Públicas: “Kymbalon – Centro Técnico de Relaciones Públicas S. L.” (http://www.papelesfedericorevilla.org/)
[2] José Daniel Barquero Cabrero obtuvo los grados universitarios en Empresa, Publicidad-Relaciones Públicas y el Máster of Business Administración por la Universidad de Barcelona. Posteriormente, se Doctoró en el área de las Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales con sobresaliente Cum –Laude por La Universidad Camilo José Cela de Madrid, la Universidad Internacional de Cataluña y la Universidad Autónoma de Coahuila, México.
Es Director General de la Escuela Universitaria ESERP de Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca (www.eserp.com), Académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España, Académico de la Real Academia de Doctores, así como Presidente del Consejo Superior Europeo de Doctores (http://josedanielbarquero.es/).
[3] Entrevista en exclusiva al Dr. Sam Black, pionero Europeo de las Relaciones Públicas, por sus discípulos Dr. José Daniel Barquero y Dr. Mario Barquero. Londres, Reino Unido, septiembre de 1992. Disponible en la URL http://edwardbernays.es/anexos/
[4] Según resultados del Barómetro de Confianza de Edelman (Edelman Trust Barometer) 2016, el mayor estudio internacional que analiza el estado de la confianza en el mundo hacia las empresas, gobiernos y ONG, existe un creciente gap (el mayor en toda la historia de esta investigación) entre la confianza que depositan en las instituciones de todo tipo los públicos más informados y el público general. Mientras que la confianza en las instituciones crece por parte del público informado, decrece para la opinión pública (por debajo del 50 % en más del 60 % de los países analizados). (http://blog.corporateexcellence.org/reputacion/resultados-globales-trust-barometer-edelman-2016-2/-trust-barometer-edelman-2016-2/)