Recordemos algo que ha sido recurrente en los post anteriores: “El diseño de un perfil de imagen institucional implica un planteamiento de la identidad institucional pues la imagen es el efecto público de un discurso de identidad. Formular un sistema de recursos de imagen de una institución es optar por un conjunto de atributos concretos de identidad con la que se integrará y operara en el contexto social”[1].
Hablemos hoy entonces acerca de por dónde se empieza a trabajar el perfil de identidad de las organizaciones. Estos son los pasos:
- Identidad Conceptual/Perfil De Identidad/Perfil De Identificación/Imagen Intencional/Posicionamiento deseado/Propuesta de Valor…
Se debe comenzar por tener claros elementos como la estrategia, la filosofía de la organización (lo que la organización es y quiere ser: Misión, Visión, Valores, Objetivos), la cultura (normas, valores y creencias compartidos, usos y costumbres, mitos y ritos, símbolos, historias, ceremonias, el tipo de liderazgo…), la estructura, el ámbito de negocio o el sector de actividad, la oferta de productos y servicios de la empresa.
Con todo ello en mente se define el anteriormente mencionado “perfil de identidad”, es decir, aquellos adjetivos, atributos, valores, características, emociones que conforman la personalidad, el estilo de la organización, los que la determinan y diferencian de otras organizaciones, o lo que es igual, el conjunto de rasgos que definen el modo en que queremos que nuestra marca sea percibida.
En este punto tendremos:
- Atributos, que son los aspectos funcionales que se procura que se asocien a la marca. ¿Qué características físicas, tangibles o cuantificables la hacen única, mejor o diferente?
- Valores, que tienen más que ver con las emociones que se quieren despertar con la marca. ¿Qué sentimientos y percepciones se pretenden despertar y transmitir?
Fuente: Capriotti, Paul (2009) Branding corporativo: Fundamentos para la gestión estratégica de la identidad corporativa. Colección Libros de la Empresa. Chile. Recuperado de: http://www.analisisdemedios.com/branding/BrandingCorporativo.pdf
Resumiendo, es de la identidad conceptual desde donde deberán asirse el resto de los elementos que conforman la identidad: los gráficos-visuales, los relacionados con el comportamiento y los propios de comunicación de la organización, porque la identidad corporativa que no se construya sobre “bases reales”, se torna volátil y fácilmente se enlodará en el imaginario público. Sin una identidad sólida, es más probable que la organización no consiga sustentar la imagen que desea tener frente a sus diversos stakeholders (públicos estratégicos).
[1] Chaves, Norberto (2001) La Imagen Corporativa, Ed. Gustavo Gili, Barcelona.